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Cy, hijo de Julian Schnabel, un comisario de arte en Donosti: “Mi padre cree en mis ambiciones”

Eduardo Verbo, Vanity Fair ES, 22 de noviembre, 2020 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Descubrimos a Cy Schnabel, uno de los gemelos que el artista neoyorquino tuvo con la modelo vasca Olatz López Garmendia. El joven se ha instalado en San Sebastián, donde escribe y acaba de organizar una exposición. 

Durante los últimos meses, San Sebastián se ha convertido en un nombre de referencia internacional gracias al rodaje de Rifkin’s Festival, la última película de Woody Allen y al reciente aterrizaje en la ciudad de Cy Schnabel (Nueva York, 27 años). El hijo del reconocido artista Julian Schnabel se ha instalado en Villa Magdalena, una típica construcción vasca del siglo XIX ubicada en la carretera que conduce al faro de Monte Igueldo, propiedad de su madre, la modelo Olatz López Garmendia, con la que el pintor estuvo casado durante 17 años y tuvo a los gemelos Cy y Olmo, cuarto y quinto de sus seis hijos. 

Allí, desde el pasado 6 de octubre, Cy ha comisariado la exposición Algunas tendencias en la pintura española ahora en el estudio que su padre utilizaba cuando se instalaba temporalmente en España. Esta muestra reúne obras de respetados pintores españoles como Jorge Galindo, Felicidad Moreno, Matías Sánchez y Alejandro Garmendia, su tío materno, a quien se ha propuesto reivindicar. Descubrimos en exclusiva a Cy Schnabel, el comisario neoyorquino que ha llegado al País Vasco para exhibir y escribir sobre arte. 

¿Por qué ha decidido celebrar esta exposición? 

Disfruto organizando exposiciones y escribiendo sobre arte. Tuve mi primera experiencia montando una muestra llamada Horizontes Imaginarios con Javier Lara en el Centro Cultural Español de la Ciudad de México en 2017. Se trataba de una selección de dibujos, fotografías, grabados y otro tipo de obras en papel que pertenecieron a la colección del poeta mexicano Miguel Ángel Muñoz Palos. En 2018, ayudé a comisariar la retrospectiva de Alejandro Garmendia en la Sala Kubo-Kutxa de San Sebastián. Some Tendencies in Spanish painting now es la primera exposición que realizo de forma independiente. 

¿Cómo ha sido el proceso de selección de estos artistas? 

Hacía tiempo que quería hacer una muestra colectiva de pintores españoles contemporáneos. Estos fueron los artistas que se me ocurrieron instintivamente cuando pensé por primera vez en la idea. Cada artista de la muestra tiene su propio lenguaje pictórico distintivo. Sentía curiosidad por ver cómo podían coexistir todos en el mismo espacio. Las pinturas de esta exposición corresponden a mi gusto y son diferentes ejemplos de obras de arte que me gusta mirar. Me motivó el diálogo inesperado que se podría generar al presentar a este grupo de artistas en un espacio tan singular. 

¿Cuál ha sido la acogida del público? 

Creo que la reacción del público ha sido positiva. Mucha gente me ha dicho que agradece el entorno de la exposición. Es una experiencia diferente ver arte en un espacio tan crudo y poco convencional. Tiene su propia energía, es idiosincrásico, más auténtico que la estética de una galería. 


¿Por qué decidió hacerla en un rincón de Villa Magdalena, la casa que su madre, Olatz López Garmendia, posee en San Sebastián? 

El espacio es tan auténtico y único que no usarlo sería desperdiciar una oportunidad. También pensé que las paredes y los techos altos lo convertían en un espacio perfecto para mostrar arte. El hecho de que este estudio esté conectado a mi residencia me permite traer amigos, familiares y algunos visitantes a mi casa después, lo que la convierte en una experiencia más personal. Dado que es un espacio de exhibición privado, solo con cita previa, tengo el control para que no invadan mi privacidad. Este modelo también parece más apropiado a la luz de la nueva realidad a la que nos enfrentamos debido al Covid-19. Durante muchos años, el espacio de exposición fue donde solía estar el estudio de mi padre. En este estudio en particular trabajó mucho en retratos, los llama retratos de resina, a los que añadía formas abstractas blancas. En estas obras me gustó el contraste entre la cuidada interpretación de cada persona y las irreconocibles marcas blancas que oscurecían partes del cuadro. Recuerdo vagamente haber visto a mi padre pintar aquí un retrato del pintor abstracto alemán Albert Oehlen. No tan borroso en mi memoria, es un retrato que hizo de Gary Oldman vestido de matador en 2005. Siempre sentí que estaban inspirados en maestros españoles antiguos como Goya y Velázquez. 

¿Qué recuerdos le trae Donostia y el País Vasco? 

Vivía en Nueva York la mayor parte del año, pero, durante el verano, mi hermano gemelo Olmo y yo pasábamos tiempo aquí con la familia de mi madre y nos conectamos con nuestra herencia vasco-española. Cuando éramos niños, lo disfrutamos mucho porque teníamos más libertad que en Nueva York. 


Ahora, se ha instalado a vivir en San Sebastián. ¿Qué es lo que más le gusta hacer aquí? 

Sí, ahora vivo aquí. Aunque siempre venía por lo menos una o dos veces al año. La primera vez que realmente viví aquí fue en 2017/2018, mientras ayudaba a preparar la retrospectiva Alejandro Garmendia en el Museo Sala Kubo. Crecí pasando mucho tiempo en el océano. Nuestro padre nos introdujo en el surf, así que mi hermano y yo siempre surfeamos cuando veníamos aquí, lo que todavía trato de hacer tanto como sea posible. Nadar hasta La isla Santa Clara y volver era algo que siempre hacíamos. Mi abuela nos llevaba al fútbol desde pequeños para ver al equipo local de primera división, la Real Sociedad. Disfrutar del ambiente antes del partido y en el estadio siempre fue genial. Como la mayoría de la gente en esta ciudad, aprecio la buena comida. Ir a la parte vieja a tomar pintxos con amigos y familiares es sin duda parte de la rutina. Quizás sea una afirmación obvia porque los pintxos y la comida en general es por lo que la ciudad es más conocida, sin embargo es interesante pensar en lo vital que es para la vida cotidiana. Pasar tiempo en el monte Urgul y tomar algo en El polvorín es una de mis actividades favoritas. Caminar hasta el monte Ulia y luego cruzar hasta la ciudad portuaria de Pasajes siempre es genial. El área detrás de la catedral es realmente agradable, cerca hay bares como Pokhara, Udaberri y El Nido, que son instituciones por derecho propio. Nunca he visto una ciudad donde las montañas, el océano y la ciudad estén tan bien integrados. La carretera de la costa de Zumaia a Getaria es especial. 


Mencionaba al artista Alejandro Garmendia. Era su tío, el hermano de su madre... 

Alejandro, o Sander, como solíamos llamarlo, era un pintor y músico muy talentoso. Tenía un sentido del humor disparatado y reinventaba constantemente la vida cotidiana creando personajes y escenarios ficticios en su cabeza. Un maestro en imitar acentos y personajes distintos en francés, español y, en menor medida, en inglés. La suplantación de identidad y el disfraz eran una gran fuente de entretenimiento para él. Me enseñó mucho sobre música, hablábamos mucho sobre arte, nunca fue aburrido estar con él. Tuve la suerte de tenerlo como tío, definitivamente era único. 

¿Aprendió a hablar castellano desde pequeño? 

Mi madre me habló en español desde que nací. Mi padre me hablaba en inglés, así que aprendí ambos idiomas al mismo tiempo. En casa con mi madre siempre hablo en español. Diría que hablo con fluidez. Entiendo todo, también puedo leer y escribir, pero no tan bien en comparación con el inglés. 

¿Dónde y qué estudió? 

Estudié Ciencias Políticas en Bard College, una escuela de artes liberales en Hudson Valley, en el norte del estado de Nueva York. 

Hábleme de su trabajo. ¿Cuál es exactamente? ¿Va a tener en Villa Magdalena su propia galería? 

No me gusta llamar a Villa Magdalena una galería, es más un espacio de exhibición privada para proyectos artísticos. Me gusta comisariar exposiciones y escribir sobre arte. 


He leído que desde pequeño le gustaba dibujar… ¿Lo sigue haciendo? ¿Cuándo descubrió que se le daba bien? 

No estoy seguro de si soy bueno en eso, no me considero un artista, pero siempre me ha gustado dibujar. Me parece muy meditativo, algo hacia lo que gravitaba naturalmente desde que era un niño. 


¿Cómo reaccionó su padre cuando le contó que se dedicaría al arte? 

Siempre hemos tenido un diálogo muy saludable cuando hablamos de arte. Es una gran fuente de información y respeta mis ideas. Creo que cree en mis ambiciones como comisario y escritor. 

¿Por qué le pusieron el nombre de Cy? 

Me llamaron Cy por el pintor Cy Twombly. Mi padre lo conocía y siempre admiró su trabajo. 

¿Cómo recuerda crecer rodeado de un artista como su padre? 

Crecí rodeado de pinturas y diferentes tipos de obras de arte. Mucho de su trabajo y otros de contemporáneos suyos como Francesco Clemente, George Condo o Albert Oehlen. El edificio en el que crecí en Nueva York [el conocido Palazzo Chupi] fue originalmente un establo de caballos y luego una fábrica de perfumes. En casi todas las habitaciones los techos eran muy altos. Las pinturas, la arquitectura y los muebles estaban naturalmente conectados, todo era parte de su sensibilidad y gusto. Creó su propio mundo. Veíamos películas casi todas las noches, supongo que recibí una sólida educación visual a través de la pintura y el cine. Lo vi pintar toda mi vida y en muchos escenarios diferentes: Nueva York, Montauk, México, San Sebastián o los Alpes. Le encanta pintar al aire libre. 

Usted tiene un hermano gemelo, Olmo. ¿Cómo es su relación con él? 

Tenemos una buena relación. Dicen que los gemelos tienen una conexión telepática. Creo que eso es cierto hasta cierto punto. Olmo está más involucrado en hacer películas. Terminó de producir su primer largometraje, Giants Being Lonely, en 2019. Una película dirigida por su amigo cercano y socio Grear Patterson. Estuvo en competición en el 76º Festival Internacional de Cine de Venecia. 

¿Con qué artista le gustaría trabajar y por qué? 

Hay muchos artistas con los que me gustaría trabajar. Me interesa trabajar con artistas emergentes y consagrados, artistas en España y de todo el mundo. El medio que más amo es la pintura, pero también amo la escultura, la fotografía, la instalación y el arte conceptual. Una de mis artistas favoritas en este momento es la pintora noruega Ida Ekblad. 

¿Cómo ve el panorama artístico actual en España? ¿Y en EEUU? 

Hay algunos grandes artistas trabajando en España, sin embargo, creo que siempre ha sido un lugar difícil para vivir del arte. No hay un mercado del arte tan fuerte en comparación con Francia, Italia o Alemania. He conocido a muchos artistas españoles y gente de las industrias creativas que se han mudado a Berlín o Ciudad de México, supongo que porque la escena es más activa y hay más oportunidades para ellos en esos lugares. Sin embargo, para el arte clásico y moderno existen grandes instituciones en España. Por otro lado, Estados Unidos es muy grande, la escena es diferente según el lugar al que vayas. Conozco a muchos artistas jóvenes que se han ido a Los Ángeles; probablemente porque hay más espacio y es más barato que Nueva York. Lo que sí sé es que las galerías más pequeñas tienen más dificultades y las megagalerías como Gagosian o Zwirner se están volviendo más poderosas. 

¿Cuál es su artista español favorito? 

No estoy seguro de tener un favorito. Depende. Amo al cineasta Luis Buñuel. Joan Miró es genial. El escultor Eduardo Chillida es uno de mis artistas favoritos. De la época clásica me encanta Zurbarán, Velázquez y Goya. Tengo una conexión personal con la obra de Alejandro Garmendia. En España es algo conocido. En todo el mundo, su vida y su obra siguen siendo relativamente desconocidas. Intentaré cambiar eso. 

¿Cómo se define? 

Soy comisario de exposiciones y escritor. 


Hábleme de su madre. Supongo que se preocupó de que nunca perdiese ese vínculo con España. 

Mi madre creció en París y luego se mudó a San Sebastián cuando tenía 10 años. Con 18, se marchó a Barcelona y luego viajó mucho porque trabajaba como modelo. A pesar de que solo vivió aquí por un período corto, para ella era muy importante que pasáramos el mayor tiempo posible con nuestra abuela y el resto de nuestra familia. Creo que si ella no hubiera enfatizado esa conexión con sus raíces probablemente no me sentiría tan cerca de San Sebastián, y presumiblemente, nunca me hubiera decidido a mudarme aquí y asumir este proyecto. 

¿Qué consejo le ha dado su padre para dedicarse a este mundo? 

Que debería ser valiente y tener cofianza 

Y usted, ¿qué aconsejaría a un mecenas que está empezando? 

Aunque soy bastante joven y estoy comenzando en esto, creo que tener tu propia sensibilidad y gusto es importante. 

¿Cree que el arte puede servir para cambiar el mundo? 

Creo que el arte puede transmitir mensajes poderosos e influir en cosas como el cambio social. En el México postrevolucionario, el movimiento muralista informó a una población mayoritariamente analfabeta sobre su identidad cultural precolombina y el pasado colonial a través de imágenes pintadas en espacios públicos. El Guernica de Picasso tuvo un efecto similar al tipo de fotoperiodismo que se centra en las cuestiones humanitarias y éticas de hoy. Fue una de las primeras imagenes que informó al mundo sobre las atrocidades cometidas por la Luftwaffe en la ciudad vasca durante la Guerra Civil Española. 

Háblame de sus próximos proyectos… 

Me gustaría seguir comisariando exposiciones en Villa Magdalena y escribiendo sobre el arte que elijo mostrar. Aún estoy decidiendo cuántas muestras me gustaría hacer cada año en este espacio. Me encantaría pasar parte del año en la Ciudad de México y curar exposiciones allí también. Solía vivir allí por un tiempo. En mi opinión, es una de las ciudades más dinámicas del mundo, donde se mezcla lo moderno y antiguo, lo tradicional y lo cosmopolita. El tipo de estimulación que recibo allí es diferente a cualquier otro lugar en el que haya estado.

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Cy Schnabel, fotografiado en San Sebastián esta semana. Danel Azkarate Vecilla

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